Ana María Cangado: «La obra grande está paralizada y las reformas hoy son puntuales»

2022-05-21 03:16:57 By : Mr. Barry Sun

Clientela fiel. Los clientes de Almacén de Construcción Cangado proceden fundamentalmente del municipio de Rodeiro, y de otros concellos limítrofes caso de Dozón y Agolada. Además, por proximidad geográfica también los de Oseira suelen hacer vida comercial con Terras de Camba.

La burbuja inmobiliaria más importante en España comenzó en 1997, y duró hasta 2007 cuando por aquel entonces la vivienda alcanzó su pico de precios. Estalló entonces la conocida crisis inmobiliaria española que supuso un problema social, económico e institucional en el país. Fue el estallido de la conocida crisis del ladrillo. Posteriormente el sector fue manteniéndose con altos y bajos, hasta sumergirse actualmente en una nueva etapa de enorme contención debido al parón en obras y precios que, en muchos casos, se duplicaron o incluso triplicaron. De los vaivenes de precios y pedidos de materiales sabe un rato largo Ana María Cangado Muíño, responsable de la tienda de Materiales de Construcción Cangado S.L. de Rodeiro. Comenzó a trabajar en la empresa familiar al finalizar el Bachillerato en Lalín. Pasaron casi 25 años desde aquel primer día en que llegó al almacén para trabajar.

—Este almacén lo fundó mi abuelo Angelito Cangado, que era natural de Castro de Cabras (Lalín), allá por el año 1982. Primero abrió el almacén de Lalín, también dedicado a materiales de construcción, y después hizo lo propio aquí en Rodeiro al que me incorporé en 1997.

—¿Detrás había una decisión meditada?

—No especialmente (ríe). Terminé de hacer el Bachillerato y no veía otra opción más viable así que aposté por trabajar en el negocio familiar... Lo cierto es que con el paso de los años comenzó a gustarme esto, y ahora estoy encantada de haber escogido esta opción profesional.

—Finales de los años 90 y una mujer en un trabajo fundamentalmente masculinizado, ¿hubo algún tipo de rechazo?

—Para nada. Nunca hubo comentarios ni sentí algún tipo de rechazo por el mero hecho de ser mujer y estar en un puesto rodeado de materiales que vienen a demandar muchos hombres... También es cierto que aquí en Rodeiro en los almacenes de pienso ya había muchas mujeres trabajando y se veía como algo totalmente natural. Me causó bastante más dificultad controlar las medidas de las piezas, y tenía que ir siempre con el metro (ríe)... Hoy casi puedo hacerlo con los ojos cerrados!

—¿Se produjeron muchos cambios en el día a día del almacén desde el año 97?

—Hubo algunos cambios muy significativos: pasamos de la facturación manual a enviar la práctica totalidad de las facturas por correo electrónico, mientras que los pagos en efectivo ya casi no se hacen y todo se gestiona a través de transferencias, pero los materiales variaron poco a excepción de algún producto. El mayor cambio experimentado tiene que ver con la implantación de las nuevas tecnologías con las que nos fuimos familiarizando y adaptando.

—Los almacenes de construcción tuvieron años de vendas fructíferas por el auge del sector de la construcción, ¿momentos actuales mucho más contenidos en vendas?

—Muchísimo. Se pasó del gran bum a una caída en picado, motivada fundamentalmente por la subida constante de precios. Podemos decir que actualmente las reformas que se llevan a cabo son muy puntuales y la obra grande está paralizada. Aquí en Rodeiro, donde el sector primario tiene un gran protagonismo, solamente se están percibiendo reformas de pequeñas dimensiones y de cuantías económicas ajustadas. Los agricultores y ganaderos tienen que hacer frente a unos elevados costes de producción por lo que realizan obra de pequeña envergadura. Los que están haciendo granjas nuevas tienen previsto finalizarlas pero no se contempla ninguna nueva.

Ana María cumplirá veinticinco años de trabajo en el almacén familiar a finales de este 2022, tiempo suficiente para hacer una radiografía de las tablas de precios de los materiales más demandados por la clientela.

—El cemento, el ladrillo o la teja siempre tiene demanda, pero actualmente de un día para otro el precio experimenta una variación; y no precisamente a la baja. Un saco de cemento subió 45 céntimos en los últimos dos meses, la teja subió un 100 % y el palé de ladrillos experimentó un aumento de 35 euros en solamente un mes. Si hablamos de las placas de fibrocemento, por ejemplo, ahí la subida fue de un 30 %. Además tenemos ciertas dificultades a la hora de conseguir determinados materiales con PVC y polietileno; los conocidos tubos de plástico para que nos entiendan todos.

—¿A la hora de hacer pedidos también harán sus cábalas?

—¡Claro! A lo mejor pides medio tráiler de un material, no cuentas con precio estable y puedes perder bastante dinero en un abrir y cerrar de ojos. Antes teníamos productos que mantenían precios a lo largo de todo un año; hoy eso es impensable, de un día para otro hay variación en precios.

—Precios por las nubes pero hay dificultades, por ejemplo, para encontrar albañiles.

—Es cierto que hay pocos constructores y los albañiles que están en activo no son precisamente jóvenes de 25 años. No se ven generaciones venideras interesadas en seguir el oficio... Los jóvenes en general no apuestan por los oficios más tradicionales, esos de toda la vida. No hay grandes obras a la vista, de momento por lo menos, pero también es cierto que la persona que quiere realizar una reforma en su casa o en su granja tiene dificultades muchas veces para encontrar quien se la haga.

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