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En su nueva obra de teatro “¡Desperdicios!", la exitosa dramaturga y directora rumana Gianina Carbunariu aborda el impactante negocio de los residuos en Europa, que son exportados a países pobres.
Imagen de la obra "¡Desperdicios!".
La mayoría de los alemanes tienen mucho cuidado a la hora de separar la basura. Clasifican los residuos de forma extremadamente precisa y se siente bien por ello: al fin y al cabo, están aportando algo al cuidado del medioambiente. Todo esto se aprende en el jardín de infantes, en la escuela y en casa. Pero, ¿qué ocurre cuando nos enteramos que, por ejemplo, más de la mitad de los desechos de plástico no se convierten en nuevos plásticos? ¿Y que se queman enormes cantidades de plástico en fábricas de cemento, a menudo con consecuencias devastadoras para el medioambiente?
¿Qué pasa cuando nos enteramos de que Alemania, al igual que otros países occidentales, exportan esos residuos, por ejemplo, a Rumania, Bulgaria o Polonia? Es decir, a lugares donde es mucho más barato incinerarlos, donde no se toma muy en serio la normativa medioambiental, o donde la corrupción determina la vida cotidiana. Entonces, ¿se puede tener la conciencia tranquila?
La dramaturga rumana Gianina Carbunariu, directora artística del "Teatro de la Juventud" de Piatra Neamţ, una ciudad del noreste de Rumania, quiere concientizar sobre el tema al público alemán con su obra "¡Desperdicios!", recientemente estrenada en el Teatro Estatal de Stuttgart, en el estado de Baden-Wurttemberg.
"No es un problema rumano ni alemán, sino europeo, con muchos factores diferentes", subraya Carbunariu en entrevista con DW. "Tampoco sabía que la basura se utilizan como combustible en las fábricas de cemento. Y que muchos residuos ilegales llegan a Rumania, donde el medioambiente y la población afectada sufren mucho en algunos casos. Y apenas hay consecuencias", explica la dramaturga.
Carbunariu escuchó por primera vez sobre el tema en la película de la periodista de investigación rumana Romana Puiulet "Cement's Dirty Business" (El negocio sucio del cemento), que ilustra las aterradoras dimensiones de este enorme negocio con los residuos ilegales.
En 2020, Carbunariu ya había abordado este tema en su video-ensayo "Postwest - something digital" para el teatro Volksbühne de Berlín. Al igual que con sus otras obras, ésta fue precedida por una investigación exhaustiva. Visitó los lugares donde la empresa Heidelberg Cement tiene fábricas de cemento en Rumania y habló con la población local. En el pueblo transilvano de Chiscadaga, la gente venía protestando desde hace 15 años, pero sin éxito.
"La pequeña comunidad del pueblo se cansó un día de la lucha. Sabemos que la lucha contra las grandes empresas internacionales es casi inútil. Pero las consecuencias para la naturaleza y las personas son visibles. Los árboles ya no dan frutos, los pozos están contaminados, la gente muere de cáncer de pulmón y de enfermedades cardíacas. Nadie sabe lo que realmente se quema. Muchas veces, los residuos ilegales llegan a Rumania como productos declarados de segunda mano", afirma la dramaturga.
En su nueva obra "¡Residuos!", Carbunariu aborda un "desastre ecológico" ocurrido en 2021 en otra fábrica operada por Heidelberg Cement en Rumania. Después de verter más de cinco toneladas de amoníaco en el río Bicaz, en el pueblo de Tasca, todos los peces murieron. Los criadores de truchas de la región se vieron muy afectados. Y, ¿cuál fue la consecuencia? "La empresa tuvo que pagar unos 50.000 euros de multa, pidió disculpas y dijo que el medioambiente fue siempre su máxima prioridad. Eso fue todo", cuenta Carbunariu.
La actriz alemana Christiane Rossbach.
"Tenemos tres contenedores para separar la basura en casa y creemos que estamos haciendo algo. Pero al final todo es muy distinto. Mucha gente también sabe que los residuos se eliminan en algún lugar lejano, pero prefieren no pensar en ello", dice a DW, por su parte, la actriz Christiane Rossbach. A través de esta obra, la gente podría abrir la mente y no creer todo lo que le dicen con tanta facilidad.
"No sabíamos mucho de esto, sobre las fábricas de cemento que utilizan residuos como combustible, o sobre las exportaciones de residuos a Europa del este. Son negocios oscuros con estructuras mafiosas. La basura es el nuevo oro", sostiene Carolin Losch, también dramaturga del Teatro Estatal de Stuttgart. "¿Qué pasa con la solidaridad en la Unión Europea? ¿Qué pasa con la Europa de los valores, si la Unión Europea resuelve su problema con la basura a costa de los países más pobres del bloque?", se pregunta Losch.
Con "¡Desperdicios!", Carbunariu escenifica un cuento de hadas documental. En sus obras de corte sociopolítico, ella suele utilizar la comedia y la ironía como recursos estéticos. "La ironía crea distancia. No quería que el público alemán viniera al teatro y se compadeciera de personas que están a miles de kilómetros. Quería que los espectadores comprendieran este fenómeno. Este planeta nos pertenece a todos, y lo que ocurre a kilómetros de aquí nos concierne a todos. Todos sentiremos las consecuencias. Esa es la realidad, y no es un cuento de hadas" insiste Carbunariu.
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Autor: Sabine Oelze, Bettina Baumann
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