Con el dólar blue a $377 por unidad, con el resto de los dólares financieros con brechas superiores a 150% y con el drenaje diario de Reservas (ya vendió casi U$S 1.000 millones en julio) el Gobierno no sabe qué señales dar para convencer al mercado de que no va a ajustar el tipo de cambio y busca atajos para evitar una devaluación, al menos directa, que le haga pagar un mayor costo político todavía.

En ese aspecto, entre la fracasada receta económica y las indefiniciones de la Casa Rosada y mientras la interna que se da entre el kirchnerismo más cerrado y la búsqueda de soluciones por parte del Gobierno no se disipa, lo que los mercados observan es que el problema político sigue siendo el telón de fondo de la situación.

Desde lo técnico, el elemento más visible del problema es la retención de granos que están haciendo los productores y que mantiene en las silobolsas por un valor que se estima en U$S 14 mil millones. En el Gobierno hay quienes creen que no se debe ceder ante lo que consideran un chantaje y hasta amenazan con expropiar esas tenencias y otros que suponen que con un tipo de cambio más atractivo o indirectamente por el lado de una baja de impuestos, aunque sea temporalmente, esos granos serán liquidados y que su producido servirá para recomponer las Reservas.

Esta es la discusión que hay en el seno del Gobierno, mientras que la ministra Silvina Batakis y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, buscan formas para ponerle algún tipo de paliativos a la situación. Al respecto, ayer se conocieron un par de medidas que buscan cubrir determinados aspectos del problema.

En primer lugar, se dispuso que los turistas puedan vender moneda extranjera en entidades autorizadas a operar en el mercado de cambio (casas de cambio y bancos) con su Pasaporte o el Documento habilitado para ingresar al país. El monto máximo permitido por este mecanismo será de hasta 5.000 dólares. El tipo de cambio será el que surja del mercado financiero (MEP) o “Dólar Bolsa”, que se opera a través de la compra y venta de bonos o acciones en pesos o en dólares.

Las autoridades esperan que la operatoria, que no suma divisas a las Reservas, sirva para dotar de oferta a ese mercado, para que eventualmente baje el precio y para que el resto de los dólares libres se alineen hacia la baja. No obstante, como el dólar blue perderá oferta puede ocurrir que mientras baja el MEP suba el paralelo.

También se dispuso limitar para las empresas que acceden al tipo de cambio oficial el monto total de CEDEAR (Certificados de Depósitos Argentinos que representan acciones que cotizan en Nueva York) que pueden sumar a sus carteras. El Central decidió incluir esas tenencias en la disponibilidad de 100.000 dólares que pueden tener las empresas que acceden al mercado oficial de cambios. Este tipo de instrumentos no podrán operarse ni en los 90 días previos ni 90 días siguientes a una operación cambiaria.

En la reunión del Mercosur que se llevó a cabo en Paraguay sin la presencia de Jair Bolsonaro, la mayor resonancia la tuvo el desacuerdo entre la Argentina y Uruguay, por la decisión del presidente Luis Lacalle Pou de negociar con China un Tratado de Libre Comercio por fuera del tratado de Asunción.

El presidente Alberto Fernández le pidió “no buscar soluciones individuales” y dijo que “no” se niega “a analizar lo que mi amigo Lacalle Pou llama flexibilización, solo quiero que sigamos transitando juntos”, mientras que propuso que todos los países del bloque negocien en conjunto con el gigante asiático.

Lacalle le contestó que “Uruguay no se va a amputar porque eso es un sentir nacional. Si es con los socios, mejor. Pero si no, Uruguay, va a avanzar”, ratificó. Uruguay no firmó la declaración final conjunta, que sí suscribió el resto de los países más Bolivia, como Estado asociado.

Según el mandatario uruguayo “esto no quiebra ni erosiona el bloque común. Habrá otros presidentes y el Mercosur va a seguir existiendo”. También pidió “comprensión” y anticipó que avanzará “con otros países y otros bloques” y que Uruguay avisará “no bien se produzcan esos avances”.

Fernández dejó de lado su discurso escrito y pidió reflexionar sobre “los desafíos” que vienen “por delante”. Habló sobre la pandemia “que asoló al mundo” y “el nivel de endeudamiento” que recibió la Argentina. Aseguró también que “entre Chile, Bolivia y la Argentina tenemos las mayores reservas de litio del mundo”. Y a Uruguay y Paraguay les reclamó estar unidos en proyectos como el gasoducto Néstor Kirchner. “Si no estamos unidos, vamos a cometer el peor de los errores”, dijo el Presidente.

El tramo más controvertido del discurso del Presidente fue cuando mezcló saltos inflacionarios en el mundo (“de 800%”, dijo) con avances de los precios, para justificar de algún modo la inflación argentina. “Cuando alguien estornuda en Moscú, un argentino se resfría”, planteó en una frase que repicó en la redes sociales en tono de burla.

Los principales referentes de Juntos por el Cambio creen que el Gobierno pretendió involucrarlos en lo que llaman un “abrazo del oso” para que paguen el costo de al menos una parte de la crisis y así analizaba anoche la convocatoria de la CGT a una marcha para el 17/8 donde no se cuestionaría al gobierno kirchnerista sino a empresarios y opositores.

Desde lo concreto, todos ellos negaron haber recibido llamados del Gobierno para avanzar en la posibilidad de entablar un diálogo político ante la crisis y rechazaron acudir a una eventual convocatoria. Al respecto, sólo se conoció el globo de ensayo del gobernador Axel Kicillof, quien ayer rechazó haber convocado a la oposición. Dejaron en claro que, en todo caso, el escenario para discutir propuestas será el Congreso.

“Nadie nos convocó ni contactó”, aseguró Horacio Rodríguez Larreta, con un discurso crítico hacia el Gobierno. “Pónganse de acuerdo entre ustedes, toda esta pelea abona la incertidumbre en la gente. Si hubiera una instancia de diálogo, cosa que nosotros no vemos vocación de consenso, el ámbito es el Congreso”, agregó según “La Nación”, en línea con la posición consensuada con el resto de la coalición.

Antes de anoche, Larreta viajó a Exaltación de la Cruz para mantener una reunión con Elisa Carrió, quien alertó hace varias semanas a sus socios de JxC sobre la necesidad de mantener la cautela frente la crisis. En la charla, ambos evaluaron la complejidad del “momento económico, político y social”. Carrió opinó que “mientras el Gobierno se preocupa en que no haya división de poderes se fractura el país. Como oposición tenemos dos obligaciones: sostener la democracia, sus instituciones y trabajar juntos en el abordaje de la inflación, la seguridad y la pobreza”.

Desde el PRO, Patricia Bullrich también negó llamados a referentes del Frente de Todos y descartó acceder a una eventual convocatoria. “Ni de casualidad. Nos están llevando al desastre”, dijo a “Clarín” en un alto de sus recorridas por San Nicolás y Ramallo. “No les creemos, ¿para dialogar con quién? ¿Con un Gobierno que no sabemos dónde está? Sería dialogar con un agujero negro, que tiene los instrumentos para hacer lo que hay que hacer y no lo hace”, descartó.

En el radicalismo expresaron una posición similar. “El diálogo es en el Congreso. Que presenten ahí el plan. El problema de la economía no es la falta de diálogo con la oposición, el problema es la falta de diálogo en el Frente de Todos”, transmitió Gerardo Morales a sus colaboradores.

“Nadie llamó. Si lo hacen vamos a decirles que tienen que resolver el problema ellos. Nosotros somos oposición. Si quieren traer una propuesta que sea en el Congreso”, dijo el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo. “Si no pueden reunirse entre ellos, ¿cómo se van a reunir con nosotros?”, fustigó.

Video con la Edición Compacta de Periodismo a Diario – 22/07/22

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