Neumático - Grupo Milenio

2022-05-28 22:42:48 By : Ms. Xinzhijia XZJ

Me llega una foto de un neumático expuesto en una sala de un museo con un texto correspondiente. Quiero que por favor lea esto:

“Activación de la escultura sonora: Neumático.

Neumático es una escultura procesual que se crea colectivamente y que convierte las presencias en soplos que construyen volumen. La cámara, en su proceso expansivo, va ocupando el espacio hasta colmarlo y provocar su propia disipación y su súbita reducción. La obra puede ser leída, también, como una analogía de un proceso social arquetípico del conflicto en donde la progresiva acumulación de tensión encuentra resolución a través de un fenómeno de colapso violento”.

Ok, por dónde empezar. ¿Quién demonios se cree estas cosas? Vuelva a leer el texto y honestamente dígame si le parece que la persona que lo escribió lo hizo realmente creyendo lo que dijo o lo hizo para tomarnos el pelo. Me voy por lo último. Entiendo que habrá gente que, o se traga esos disparates, o que quiera creerlos, a sabiendas de que son paparruchas.

Quizá sea yo muy ignorante e insensible y no entienda el trasfondo de lo que se exhibe aquí, pero luego de leer ese texto mamador no puedo más que declararme incompetente para comprenderlo. Ni el texto ni la presencia de la cámara de llanta poseen un sentido ni intención. Se puede decir lo que sea, pero yo no me trago eso del proceso expansivo de la cámara. Inflar una llanta no es un proceso artístico. En la gasolinera puede usted ver este fenómeno, todos los días. No me puta madre jodan. Me recuerda a la fatídica banana pegada con cinta a una pared, vaya escándalo que hizo. Le platico de otro: hace años fui a una galería y en ella un tipo expuso un tubo de pasta de dientes. Lo que oye. Con la pasta hizo un recorrido sinuoso sobre una superficie y un amigo de él le puso un texto de lo más alucinado. ¿Se acuerda del carrito de limpieza que una empleada dejó a mitad de una galería? La gente se acercaba a sacarle fotos creyendo que se trataba de una declaración profunda. Y lo mismo ocurrió con la chamarra colgada en una pared de otra galería, donde alguien la vio e interpretando que se trataba solo de eso –de una chamarra– la descolgó y se la puso. Y sí: al final solo era una puta chamarra desesperada por ser algo más.

Ejemplos como este hay tantos hoy en día. Y, como dije, hay mucha gente que realmente se cree eso de que estamos frente a auténticos movimientos artísticos que reflejan una evolución del arte, de la estética y que cuestionan nuestra cotidianidad. Pareciera que el ejercicio es más o menos como sigue: uno coloca un objeto, un signo o incluso un escupitajo en un sitio y elabora cualquier texto que justifique su presencia en ese lugar y tiempo específicos. Colocar una llanta, un banano o un saco de cemento en una sala de museo e inventar mamadas, pues no. Y yo sé lo que le digo porque soy escritor y se me hace tan sencillo inventar cosas y hacer que otros las crean. ¿Sabe qué? Lo voy a hacer. Deme una semana y verá qué fácil.

A veces pienso que quienes escriben estos textos lo hacen bajo los efectos de una droga o se encuentran pasmados por el exceso de alguna bebida embriagante.

No estoy peleado con el arte moderno, y escribir acerca de alguna obra de arte no tiene nada de malo, el problema sale cuando la obra ni es arte y el texto intenta desesperadamente validarla y justificarla, y termina en un disparate confuso. Esa fórmula es de charlatanes y timadores. Pienso que la solución está en enseñarles a los niños en la primaria y secundaria historia del arte y apreciación del mismo para que, ya de adultos, no caigan en estas trampas modernas de andar inventando mamadas y hacerlas pasar por algo sublime y trascendente. ¡Paparruchas!